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sábado, 6 de marzo de 2010

Piedras hundidas


1. El error del ángel no es haber querido ver el paraíso desde fuera, sino desde lejos.

2. Si el ángel “tarda una semana en virar la cabeza”, uno tarda toda la vida en saber para qué.

3. Hasta hoy, la única evidencia de la existencia de los ángeles es la obstinación del hombre por desprender sus pies del barro original.

4. El onceavo mandamiento lo enunció Pascal: no desdeñarás a la bestia. Y lo dijo refiriéndose a su belleza, no a su miseria.

5. Durante años la bestia se supo protegida: tenía un trabajo, una educación (probablemente muy a la antigüita) y la placentera misión de perpetuar su especie. A la vista de muchos todo esto era una concesión más del Amo, producto de su amor hacia el género. Pero el mito se vino abajo en el siglo XVIII, al promulgarse la primera constitución republicana.

6. ¿Quién dijo que la Historia es “una res sangrante colgada de un gancho”? Si es verdad, sólo nos falta roer su osamenta.

7. Cuando Hegel dijo que “en la contemplación de lo bello no existe el deseo”, nunca se imaginó a Baudelaire chasqueando la lengua y observando con delectación el cadáver de una bestia abierta en canal.

8. La estatua respira eternidades mientras los pobrecitos hombres mueren.

9. La Razón no escatima argumentos gnoseológicos para hacer comprender al ángel, acodado en la barra de la cantina, que su ala maltrecha no vale otra copa fiada.

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