Chatterton: la lívida impostura
La biografía de Thomas Chatterton no es muy diferente de la de otros poetas románticos del siglo XVIII. Acaso agregaríamos que su figura trascendió no tanto por los esfuerzos detectivescos de la historia y la crítica literaria, sino por su faz lívida y desamparada que supo retratar Henry Wallis en 1856, donde se observa al joven poeta exánime sobre un camastro, con una ventana abierta al fondo donde trasluce la marea de tejados de un Londres brumoso, y un baúl situado al pie de la cama que rebosa de papeles olvidados. Esta imagen habrá de perdurar hasta hoy, sin que haya habido muchos intentos serios por rescatar y ubicar en su dimensión real al Gran Impostor [Ver texto completo en página titulada "Chatterton"].
1 comentario:
Señor! Como siempre una buena aportación literaria, gracias!
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