BLUES JEANS
Puedo hacerte feliz, sí,
pero un rato.
No me pidas que siempre
porque un día vendrán por mí
o yo iré por ellos.
No me digas, nena,
que todo lo puede el amor,
si nunca estamos de acuerdo
qué camino elegir
o en qué amigos confiar.
La noche recoge
sus aves negras en un puño,
y tú quieres que nos acurruquemos
para morir juntos y felices;
pero yo estoy balanceándome
en la ventana,
con los dedos contando
cuántos pájaros caen.
Y ya ves: ahora debo sentarme
a escribir un blues
y ponerme triste.
Puedo hacerte feliz
mientras no golpeen la puerta
y ordenen que salgamos
con las manos en alto;
porque, nena, no me quedaré
a oírte sollozar
mientras la ciudad se quema.
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